
Muchos jóvenes en nuestro país se están o estarán graduando durante mayo y junio. Como es tradición, alguna autoridad o, en ocasiones, los mismos alumnos escriben discursos de graduación. El propósito principal de los discursos es alentarlos y aconsejarlos en la nueva etapa que comienzan. A ustedes ¿qué les gustaría que les dijeran?
Según Melinda Gates, la esposa de Bill Gates, lo que deberíamos escuchar más en esta temporada de graduaciones por parte de los oradores es cómo planean asegurar que la visión de futuro que tienen estos graduados tenga un lugar o una posibilidad.
Como en México estamos en campañas, pues todo mundo promete que harán grandes cosas para asegurar un futuro mejor a estos graduados. Anaya les promete a las mujeres sueldos iguales que los hombres. Andrés Manuel promete un apoyo económico para asegurar que las empresas contraten más jóvenes. Meade promete dar becas para que los jóvenes terminen sus estudios.
Pero como estamos en campañas, se nos olvida que los gobiernos no son los únicos responsables en resolver el futuro. ¿Qué están haciendo los empresarios? ¿Qué están haciendo las universidades y los maestros? ¿Qué están haciendo los padres y tutores para lograr que los sueños de los graduados se materialicen?
Además, no debemos olvidar que el futuro recae en sus manos (las de los graduados) y que serán ellos los encargados de construirlo. Me encantaría saber que serán arriesgados para lograr sus sueños; que están dispuestos a trabajar duro; pero, sobre todo, que saben que los tiempos venideros requieren mucha flexibilidad para ajustarse a los cambios.
Creo que los graduados en México definitivamente tienen una mayor responsabilidad por los momentos de definiciones que se están viviendo en el mundo y debo de confesar que me da un poco de miedo lo que dicen sobre ellos: que son apáticos, individualistas, poco entregados, faltos de compromiso, inconstantes y hasta comodinos. Porque los tiempos demandan guerreros, apasionados, con objetivos claros y voluntad.
Yo escucho que la gran mayoría de los jóvenes graduados quieren un cambio. Aquellos que antes no estaban interesados en participar lo están. Los veo informados y reflexivos. Y eso me da esperanza de que el futuro es prometedor.
Y como todos los discursos de graduación hay que inspirarlos. Los jóvenes deben saber que confiamos en ellos; que sabemos que pueden lograr grandes cosas; que haremos de su visión nuestra visión; y, que gane quien gane, toda la sociedad debe impulsarlos y abrirles las puertas para que su prosperidad sea la nuestra.
¡¡¡Muchas felicidades graduados 2018!!!